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El folclor literario del municipio de San Juan Nepomuceno, es reconocido por la producción intelectual de sus habitantes en la región de los Montes de María; por lo que con sus habilidades y talentos han logrado potencializar el arte literario de ésta y ha llevado a escritores locales a tener reconocimiento a nivel regional y nacional.

Poesias
 
Por: Reynaldo Bustillo
 

El tono de voz


me dice que me quieres,
¿por qué lo niegas?
para que negarlo si todo lo tuyo me lo dice:
tu mirada,
tus gestos,
tu sonrisa.
No sigas mintiéndote a ti misma.
No sigas mintiendo de ese modo,
Que de nada te sirve:
Cuando me dices que no, con tus palabras
me estás diciendo que si, con ademanes, 
¡baja tu puente levadizo!
y entrégate confiada,
que no arrasaré tus propiedades,
ni prenderé fuego a tus fortines.

Mi terruño.


El ambiente rural en el que vivo
me ha vuelto vegetal de tal manera.
Que los huesos los tengo de madera
y mi pelo follaje de cativo.

Anhelo que la sombra de tu olivo
me preste su frescura cuando muera,
para vivir mi muerte sanjuanera
que es la muerte mejor que yo concibo.

Cuando voy, por tus patios, peregrino
y me echo a descansar en el recodo
que de amores me presta tu camino.

Te quiero inmensamente y de tal modo
que prefiero en tus calles mi destino,
a estar lejos de ti, dueño de todo.

 

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Décimas.
 
Por: Ramiro Potte Barreto



Suplicas de Paz

Que tu luz brillante en la mente

Como el más radiante sol

Ilumina con su fulgor

Al bello día naciente

¡oh!, mi Dios omnipotente

Quiero luz en mi Camino

Te lo pide un campesino

Con toda Sinceridad

Tú tienes la facultad

Dadnos paz Padre Divino.

 

Versos elegíacos a los Montes de María.

Sobre el candor de la tarde
En los Montes de María,
Se siente melancolía
El sol no quema, ya no arde;
La noche llega, hace alarde
Como la dueña del mundo,
Y con su manto profundo
Abraza al malo y al bueno
Lo aprieta contra su seno
Como fantasma iracundo.

Los aires montemarianos
Brotan olor pestilente,
Sobre sus alas la muerte
Vigila del que está sano;
Y como flor de verano
Marchitada en el jardín
Lleva la vida a su fin
Abrazada por la parca
Que recorre la comarca
Bien armadas con fusil.

Estando enlutado el cielo
Se oyen llantos de tristeza,
Tiñéndose la maleza,
Pues ha perdido su velo;
La noche con su desvelo
A todo el mundo atisbaba
Y ciega la madrugada
Como fiera ella rugía,
Y en los Montes de María
Se lloraba otra alborada.

 

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Leyendas
 
Por: Fracisco Osorio C.



Brujas y duendes

 

Según la tradición oral se practicaba la brujería  en el municipio de San Juan Nepomuceno, se dice que las brujas hacían apariciones en forma de animal (de pata, pava, lechona etc.), que perturbaban a los hombres y algunas eran atrapadas en las noches para saber quién era la persona que se dedicada a ese trabajo.

 

También se dice que  en San Juan existía una Bruja que mediante actos levíticos y sustrayéndose de la ley de la gravedad  en horas de la mañana llegaba al país de la India, para comprar Tabaco de Virginia, y obedeciendo al movimiento de rotación de la tierra, se sustraía nuevamente y en horas de la tarde estaba de regreso en San Juan.

 

Cualquier persona que necesitara solucionar sus problemas, personales, económicos, sentimentales, acudía a un buen brujo.  Aún se da la creencia en estas prácticas rituales, se habla de maleficios,  de curaciones  a través  de trabajos de brujería.

Folclor Literario

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